La Colección Phillips, de Washington es una de las colecciones privadas más importantes del mundo. Recoge obras de los doscientos últimos años de la historia de la pintura (clacisismo, romanticismo, impresionismo, vanguardias…) autores como Degas, Van Gogh, Manet, Monet, Cezanne, Degas, Pollock…
Duncan Phillips (1886-1996) era un amante del arte que fue recopilando obras artísticas (era experto en arte y con ese criterio profesional compró las obras) y abrió el primer museo de arte moderno en Estados Unidos. El museo se inaguró en Washingon en 1921 y hoy día posee una de las colecciones más prestigiosas de arte impresionista, moderno y contemporáneo. La exposición, que estará en Caixaforum Madrid hasta el 23 de Octubre, se compone de 66 pinturas y abarca más de cuarenta pintores. Obras muy interesantes, entre muchas otras, son «La pequeña bañista» de Ingres, «Caballo saliendo del mar» de Delacroix, «El ballet español» de Manet, realizado en la época en la que se puso de moda lo español en Francia y en donde aparece Lola, la de Valencia, la fantástica obra «Bailarinas en la barra» de Degas y obras de Modigliani, Matisse, Juan Gris, Maurice Utrillo, Raoul Dufy, Kandisnsky, Braque, Bonnard…
En definitiva una interesante exposición para disfrutar con el arte de las últimas épocas.
El miércoles, 24 de agosto se inaguró la exposición «Trazos Lorquianos» en el café-bar La Galería, en el paseo marítimo de Barbate (Cádiz). La muestra consta de quince obras con dibujos realizados en diversas técnicas a partir de los dibujos del gran poeta, músico, conferenciante y artista polifacético que fue Federico García Lorca. Con esta exposición la autora, Isabel Rivera Valdés, pretende dar a conocer la obra pictórica de Lorca, desconocida para muchos. Para ello ha respetado en gran medida la esencia de los dibujos, no queriendo realizar una visión personal de los mismos, sino más bien recreándolos, completándolos o cambiándoles la técnica, colores, detalles …para hacerlos más atractivos si caben y con la intención de despertar el interés del público por seguir conociendo la obra pictórica lorquiana. Los dibujos están realizados con distintos materiales y técnicas, y es el papel de periódico con noticias de la época en que vivió Lorca y los dibujos en sí los elementos que dan unidad a esta exposición. Los dibujos seleccionados a criterio de la autora son aquellos que ha considerado más significativos, peculiares o atractivos , teniendo en cuenta que se ha intentado exponer una muestra significativa de distintas épocas de la vida del autor.
En la inaguración de la exposición participó el gran guitarrista barbateño Nono García, tocando canciones populares que García Lorca recopiló, muchas de ellas junto a Manuel de Falla. El concejal de Cultura y gran dinamizador del teatro en la localidad de Barbate, Sergio Román, recitó algunos poemas de Lorca de una manera espectacular, que encantó a todos. La niña Oliva Rivera Manzorro tocó también a la guitarra un par de canciones populares recopiladas por Lorca, conquistando a los asistentes. La velada fue muy agradable y pudimos disfrutar de la música, los poemas, los dibujos lorquianos y de sentirnos rodeados e impregnados de las distintas artes y de la magia que emanaba de la personalidad de Federico García Lorca.
Gracias a todos por compartir esta velada tan bonita!
The Guildhall Art Gallery de Londres, forma parte de Guildhall Galleries, que contiene además restos de un anfiteatro romano, the Heritage Gallery, the Guildhall Library y la iglesia St Lawrence Jewry. Creada en 1886 como una colección de tesoros artísticos de la ciudad de Londres, contiene obras que van desde la segunda mitad del siglo XVII hasta el siglo XX, pasando por una serie de obras maestras pre-rafaelitas del siglo XVII. Uno de sus principales tesoros es la magistral obra de Dante Gabriel Rossetti: La Ghirlandata (1873).
El conjunto Guildhall Galleries fue construido en el lugar en donde existían restos de un anfiteatro romano, que se pueden visitar en la zona baja de las galerías. Fueron descubiertos en 1988 y actualmente están protegidos.
La colección de Guildhall está compuesta básicamente de obras de artistas ingleses, algunas obras maestras de los pre-rafaelitas y también una extensa colección de Sir Matthew Smith, pintor inglés del siglo XX. La obras están agrupada por temática con una pequeña explicación sobre la temática: trabajo, amor, historia, actividades, fe y belleza.
Destacaría La Ghirlandata (1873), de Dante Gabriel Rossetti; las suaves pinceladas y la delicadeza de «Beauty», del pintor belga Alfred Emile Leopold Joseph Victor Stevens; también las obras muy detalladas, suaves y delicadas de Walter D. Sadler; «The music lesson» (1877) de Fredericc Leighton, entre otras. Autores del siglo XIX como John Collier, Jonathan Pratt, James Tissot o Thomas Faed, enriquecen la muestra. Podemos ver también un enorme lienzo de John Singleton sobre la defensa de Gibraltar , de 1782.
Mis favoritos aquí son «The music lesson» (1877) de Frederic Leighton», La Ghirlandata» (1873), de Rossetti y «Beauty», de Stevens. También han gustado mucho «Sweethearts» (1892) de Walter Dendy Sadler y «The politician» (1871) de Jonathon Pratt. Geniales «Mowing Bracken» (1903), de Henry Herbert La Thangue, de tintes impresionistas, «The last evening» (1873) de James Tissot. Muy realistas «Listed» (1885), de William Henry Gore y «The garden of Eden» (1901) de Hugh Goldwin Riviere.
Recientemente se ha realizado una exposición en el Palacio de Velázquez de Madrid, dedicada al artista polaco Andrzej Wróblewski (1927-1957), uno de los más importantes del siglo XX, que murió en un accidente de montañismo en 1957, cuando sólo tenía 29 años.
Wróblewsky (1927-1957) nació de una pareja perteneciente a la élite cultural lituana, era hijo de una pintora y de un profesor de leyes y había mostrado su talento artístico a una edad muy temprana. Su educación fue interrumpida por la invasión alemana de Polonia. A pesar de ello, él logró seguir algunos cursos clandestinos y al acabar la Segunda Guerra Mundial, la familia, con el padre ya fallecido ( con 14 años Wróblewsky presenció el registro de su casa por los nazis durante el cual su padre falleció de un infarto), se trasladó a Cracovia y allí Andrzej se matriculó en la Academia de Bellas Artes. Actualmente está considerado como un gran artista en Polonia aunque en nuestro país es prácticamente desconocido.
En sus sólo 29 años de vida, Andrzej Wróblewski pasó del geometrismo utópico al realismo socialista para finalmente situarse en la desolación pesimista. No le dio tiempo a más y aún así es considerado en Polonia una gran figura, todavía bastante desconocida fuera de su país. Esta retrospectiva del Reina Sofía en el Palacio de Velázquez del Parque del Retiro de Madrid titulada “Verso / Reverso”, está compuesta por centenar y medio de obras y es la primera retrospectiva que se le dedica fuera de su país. Se centra especialmente en sus pinturas dobles, pintadas por ambos lados del lienzo (en una cara, la representación abstracta evocadora de un mundo ideal; en la otra, el horror de la ocupación nazi en Polonia). Wróblewsky pasó de la figuración a la abstracción y de la abstracción a la figuración y acabó instalándose en ambas. El uso de las dos caras en las pinturas no es casual . Su anverso versus reverso nos muestra dos representaciones que se contradicen y se complementan a la vez. El artista supo situar su obra a entre la abstracción y el arte figurativo, un delicado equilibrio que combina la invención de formas con escenas en las que reflejó el horror de la guerra y la deshumanización de la sociedad.
Wróblewsky fue un artista incómodo por los temas desgarradores que pintó y también porque su obra no es fácil de clasificar, ya que su estilo es muy personal y no se adaptó a ningún canon. Los abstractos no le aceptaron por ser demasiado realista y al revés. Su obra puede recordar al realismo socialista pero sus figuras no tienen el optimismo que se pedía en el dogma del partido.
Reflejó los traumas y las secuelas de la Segunda Guerra Mundial, pero también los sueños de un mundo nuevo y mejor.
La muestra se completa con fotos, documentación sobre el artista y un par de vídeos.
Esta es la primera exposición del pintor francés Jean Auguste Dominique Ingres (Montauban, 1780-París, 1867) que se realiza en España. Patrocinada por la Fundación AXA, esta muestra reúne más de 60 obras, entre ellas 14 procedentes del Museo Ingres de Montauban. El artista legó a su ciudad natal más de 4.500 dibujos, 40 óleos, su biblioteca y su colección de arte.
Las obras maestras de Ingres son tesoros nacionales, que apenas salen de Francia. Algunas de estas obras proceden del Louvre y del museo del artista en Montauban, su ciudad natal. Otras, de instituciones como la Frick Collection, el Metropolitan o los Uffizi.
Aunque Ingres fue discípulo de Jacques-Louis David, su padre, pintor provinciano pero con grandes aspiraciones, se ocupó de iniciarle en los secretos del oficio y a los diez años Ingres pintaba y dibujaba como un auténtico profesional. Adquirió también una sólida formación en la Academia local de Toulouse, y manifestó desde un primer momento una gran admiración por Rafael.
Ingres es considerado un pintor academicista, sin embargo su distorsión de la anatomía humana en algunos cuadros como “La gran Odalisca” supuso una innovación interesante en la pintura. Fue un excelente dibujante y un magnífico retratista, admirador de Jacques-Louis David y Rafael y admirado a su vez por Picasso, Dalí, Man Ray y otros vanguardistas. Buscaba la perfección y la belleza ideal. Y a los 82 años logró alcanzarla en «El Baño Turco» (1862), un cuadro en el que trabajó toda su vida.
A Ingres no le gustaba especialmente hacer retratos, pero fueron éstos los que le dieron mayor fama. En esta exposición podemos ver una buena representación de los personajes retratados por el maestro. Posaron para él amigos, familiares, colegas y una buena parte de la alta sociedad francesa de la época. Hasta el mismo Napoleón aparece en la muestra en dos soberbios retratos: uno como primer cónsul y, el segundo, ya como emperador, sentado en su trono y rodeado de toda la iconografía imperial.
No faltan en la muestra espléndidos ejemplos de sus pinturas religiosas y de historia, géneros que también modernizó, como «Edipo y la esfinge», «El sueño de Ossian», «Juana de Arco en la coronación de Carlos VII» o «La Virgen adorando la Sagrada Forma».
Podemos admirar también tres de sus más célebres retratos femeninos: dos de Madame Moitessier y otro de la condesa de Haussonville. Retratos de una gran sensualidad en los que toman protagonismo los detalles, las telas, las joyas… Al final de la muestra, el propio Ingres en un estupendo autorretrato realizado a los 78 años.
La exposición, a mi parecer genial, contiene representación de las distintas facetas o temáticas del pintor, desde sus primeros retratos a Roma y los mitos, desde las pinturas religiosas a los sensuales desnudos femeninos. En definitiva, una exposición que realmente es un lujo y un disfrute y que estará en el Museo del Prado hasta el próximo 27 de marzo.
The Courtbauld Gallery se encuentra en Somerset House, en la Strand, en Londres. La casa, que hoy es una institución dedicada al arte, perteneció durante muchos años a la familia Courtbauld que se dedicaba a hacer objetos de plata, de hecho hay expuesta una colección de piezas de plata fantásticas por su diseño, originalidad y calidad. Más tarde la familia se dedicó al negocio de la seda. A Samuel Courtbauld (1876-1947) le gustaba especialmente el arte impresionista y post-impresionista, tenía una colección de obras bastante interesante. Fue uno de los primeros coleccionistas de obras de este movimiento artístico. El industrial fundó el Courtbauld Institute of Art en 1932.
Además de la interesante exposición de objetos de plata salidos de la fábrica familiar, podemos ver algunas esculturas y piezas de arte decorativo, principalmente obras europeas que van desde la antigüedad al siglo XX. Piezas de metal, cerámica renacentista, cristal veneciano, dos excepcionales arcones de boda florentinos del siglo XV…
Otra sección de la colección se compone de dibujos y acuarelas, desde la Edad Media al siglo XX, obras de Durero, Rubens, Miguel Ángel, Rembrant, Turner y Cezanne, entre otros.
En cuanto a pintura nos encontramos con algunas obras de Rubens, Tiépolo y otros pintores renacentistas. Pero lo más interesante desde mi punto de vista es la colección de obras impresionistas y post-impresionistas. Numerosos cuadros de Manet, Gauguin, Matisse, Cezanne… Otros de Monet, Van Dogen, Seurat, Kandinsky, Modigliani, Dufy, Picasso… Especialmente me gustaron “Un bar en el Folies Bergere”de Manet, “Los jugadores de cartas” y “Un hombre con pipa” ambas de Cezanne. “El sueño” de Gauguin, “Retrato de Dolly” de Van Dogen, “Manola” de Jawlensky y “Desnudo femenino” de Modigliani-
En definitiva, una interesante colección que los amantes del arte no deben perderse si visitan Londres.
En el siguiente link se puede realizar una visita virtual:
El pasado viernes 28 de agosto se inaguró la exposición «Dibujos» en el Café-Bar «La Galería», en Barbate. Much@os amig@s y conocid@s y muy buen ambiente. Pasamos un rato muy agradable. Gracias a tod@s! La exposición se prolongará hasta el jueves 24 de septiembre-
“Los objetos hablan. Colecciones del Museo del Prado” es una exposición itinerante que podemos visitar actualmente en la Casa de Iberoamérica, antigua cárcel de Cádiz. Está dividida en cuatro secciones: la clave está en el objeto, los objetos nos retratan, un mensaje escondido y el coleccionismo.
La exposición está compuesta por sesenta pinturas y objetos de artes decorativas de las principales escuelas representadas en el Museo del Prado entre los siglos XVI y XIX, entre ellas podemos ver obras de autores como Rombouts, Ignacio Pinazo y José de Ribera.
Los objetos se nos muestran en esta exposición como elementos importantes de los cuadros y a veces como la clave para identificar al personaje o a la escena representada: camafeos, abanicos, vestidos, collares, libros, dibujos, etc. ayudan a definir a los personajes y las épocas y a comprender el mensaje del artista. También los objetos pueden servir para vincular a los personajes a sus familiares o amigos, como el camafeo que muestra la infanta Isabel Clara Eugenia o para indicar su profesión o actividad, en el caso de los libros, armas o adornos.
Muchos cuadros encierran un mensaje oculto o simplemente ofrecen una información que el espectador no es capaz de percibir en un primer momento, en otras ocasiones el objeto es muy evidente. La paleta y los pinceles con los que se autorretrata Carlos María Esquivel nos ayudan a reconocer en él a un pintor, el mapa que sostiene el noble inglés pintado por Pompeo Batoni nos indica que se trata de un viajero del Grand Tour, las flores que San Diego de Alcalá esconde en el hábito hacen referencia al milagro del santo que convirtió panes en rosas, la calavera que el comerciante flamenco Nicolás Omazur sostiene en sus manos simboliza la fugacidad de la existencia humana.
Los alimentos que aparecen en los bodegones hablan de las costumbres gastronómicas, del contexto social de la época y también del poder adquisitivo de quienes los encargaron.
Muy interesante el retrato de la reina Isabel de Borbón, esposa del rey Felipe IV, realizado por Frans Pourbue, que con el gesto de la mano derecha lleva la mirada del espectador hacia el rico joyel y el collar de perlas que adornan su vestido. Interesante también “El charlatán sacamuelas” de Rombouts, que además de mostrar una serie de personajes con expresiones muy conseguidas, nos enseña una serie de objetos usados en la época para la extracción dentaria y un curioso collar hecho de muelas que lleva el sacamuelas a modo de adorno-trofeo. Curioso el cuadro “Niña con muñeca” de Ignacio Pinazo, por sus tintes de modernidad.
Me gustó mucho “La dama del abanico” de Ignacio Sánchez Coello. Es el retrato de una dama que lleva un vestido lujosamente guarnecido por cadenetas doradas, con mangas rajadas y alto cuello abierto por delante a la manera flamenca. Está pintado sobre una fina madera tropical de color rojizo, tal vez una caoba, un soporte poco frecuente en la pintura del siglo XVI. Otro elemento a destacar es el abanico plegable japonés que porta la dama, una incorporación a los usos y representaciones femeninas proveniente de Portugal, adonde llegaron los primeros abanicos orientales a finales del siglo XV.
Cuatro de las pinturas que conforman la exposición han sido incluidas en exclusiva para Cádiz: “El cardenal don Luis María de Borbón y Vallabriga” de Goya, “Martín Antonio Álvarez de Sotomayor y Soto-Flores, conde de Colomera” de Agustín Esteve, “La Inmaculada Concepción” de Murillo y ‘”Vanitas” de Pietro Negri.
El año pasado visité una exposición sobre Pontormo, dibujante y pintor renacentista italiano, en la Fundación Mafre de Madrid. Jacopo Carrucci nació en Pontormo en 1494 y murió en Florencia en 1557. Fue conocido como Jacopo da Pontormo, Jacopo Contormo, o más comúnmente como Pontormo. Ésta era la primera exposición sobre el pintor que se realizaba en España. La exposición estaba compuesta por 60 dibujos de Pontormo, procedentes en su mayoría de la Galleria degli Uffizi de Florencia y otros 9 dibujos de otros grandes artistas como Alberto Durero, Lorenzo di Credi, Poussin o Tiepolo.
Pontormo era un artista extravagante y obsesivo, utilizaba fundamentalmente el lápiz negro y el rojo, casi siempre con tiza blanca. También experimentó con la pluma, el bistre y la aguada, y en sus dibujos más acabados utilizó preferentemente la sanguina.
La formación de Pontormo junto a los grandes maestros del Renacimiento italiano le permitió experimentar con las diferentes maneras de dibujar. Su primera formación con Leonardo da Vinci le enseñó a apreciar el dibujo como un ejercicio de creación privada. Su contacto con Piero di Cosimo favoreció su imaginación y fantasía. Durante su etapa en la cartuja de Galluzzo, Pontormo conoció las estampas de Alberto Durero. Sin embargo, será Andrea del Sarto el que más influyó en su obra y con el que compartió sus primeros encargos.
La exposición presentaba dibujos de todas las etapas del artista, desde sus trabajos de aprendizaje en torno a Poggio a Caiano (1519-1521) hasta sus últimas obras para la iglesia de San Lorenzo en Florencia (1545-1556). Entre ambos periodos destacan los dibujos preparatorios para las obras de la cartuja de Galluzzo (1522-1525) y sus trabajos en torno a la capilla Capponi, en la iglesia de la Santa Felicita (1526-1530).
Cosme I de Medici le encargó una decoración para la iglesia de San Lorenzo de Florencia que contuviese siete escenas del Antiguo Testamento y una del Nuevo, para cubrir la arquitectura que proyectara Brunelleschi. Los trabajos de Pontormo para esta iglesia le ocuparon casi en exclusiva desde 1545 hasta su muerte, en 1556.
“Desde el punto de vista plástico, los dibujos en torno a San Lorenzo muestran el manierismo extremo alcanzado por Pontormo en la última etapa de su vida. El uso de la forma serpentinata —movimiento giratorio de las figuras humanas en forma de serpentina o de “S”— y de las distorsiones delirantes alcanzan su máximo esplendor en los estudios para el Diluvio y para la Resurrección. Son obras que muestran el grito silencioso de un artista profundamente espiritual e incomprendido, de un pintor que trató de expresar su angustia, su insatisfacción y su permanente búsqueda de Dios”(Fundación Mafre).